INGREDIENTES
- 500 ml de leche
- 3 huevos
- 200 gr de harina
- 1 cucharada de azúcar
- 1 cucharada de anís dulce (opcional)
- Una pizca de sal
- Mantequilla o margarina (sin sal) o aceite
ELABORACIÓN
Ponemos todos los ingredientes en la jarra de la batidora y mezclamos bien.
Guardamos la masa en el frigorífico durante unos 30 minutos.
Una vez que la masa ha reposado, vamos a preparar las filloas. En Galicia, hay unas sartenes especiales de hierro, llamadas “filloeiras”, en las que se pueden hacer varias a la vez, pero como no la tendréis, utilizaremos una sartén plana, mejor antiadherente. Untamos la base con un trozo de tocino ibérico (sin salar), mantequilla, margarina o un papel con aceite, cuando esté caliente, vertemos un cucharón de masa, movemos la sartén para que se extienda por toda la sartén. Cuando los bordes comiencen a dorarse y hayan salido burbujitas, con los dedos o con una espátula, le damos la vuelta, dejamos que se haga por el otro lado y lista para comer.
La primera filloa, casi siempre sale mal, así que no os preocupéis que con un poco de maña, os van a salir todas bien. Conforme vayan cocinándose las filloas las ponéis apiladas una sobre otra en un plato, si las vais a tomar dulces podéis ponerle azúcar por encima, entre una y otra.
Podéis tomar las filloas con azúcar y canela, con azúcar glas, con miel, o rellenarlas de crema de chocolate, de mermelada…o jamón y queso. ¡Buen Provecho!